sábado, 26 de julio de 2008

Si en tu relación de pareja......

(Recupero este post que publiqué en noviembre en mi blog)

SI EN TU RELACIÓN DE PAREJA VIVES DE FORMA REITERADA SITUACIONES COMO LA SIGUIENTES:

- Tu novio o pareja controla todo lo que haces, esige explicaciones por todo.
- De manera permanente, vigila, critica o pretende que cambies tu manera de vestir, maquillarte o de hablar y comportarte.
- Monta escándalos en público o en privado por lo que dijiste o por como actuaste.
- Impone reglas sobre la relación (días, horarios, etc), de acuerdo con su propia conveniencia.
- Siente celos o envidia de tus relaciones con amigos/as, familia, etc.
- Es caprichoso, cambiante o contradictorio.
- Decide por su cuenta, sin pedirte consejo o opinión, sobre temas que os afectan a los dos.
- Piensa que las mujeres son inferiores y que deben obedecer a los hombres, o no lo dice, pero actúa como si lo pensase.
- Se burla de manera despectiva de las mujeres en general.
- Se muestra protector o paternal y controla, mediante llamadas de teléfono o visitas inesperadas, todo lo que haces y donde estás en cada momento.
- Se irrita con facilidad e tiene momentos de violencia donde rompe cosas y, despues, actúa como si no pasase nada.
- Su forma es violenta.
- Es desconsiderado y violento en las relaciones sexuales.

TEN EN CUENTA QUE:

Estás en riesgo o estás sufriendo violencia de género. La violencia comienza por conductas como las que aquí se describen y que indican una situación de clara desigualdad.

LAS CONSECUENCIAS SON QUE:

- Tu integridad física puede verse seriamente afectada.
- También te puedes ver psicológicamente muy afectada: miedo, tensión, ansiedad, desmotivación, depresión, etc.
- La violencia contra la pareja (física, psicológica o sexual) se desenvuelve a partir de una relación de amor.

RECUERDA:

La idea de "amor romántico" no debe servir para encubrir actividades o comportamientos violentos. Los celos no son una expresión de amor, si no de poder, posesión y control; y las amenazas encubren una baja autoestima, inseguridad y desconfianza.

jueves, 24 de julio de 2008

No demos una segunda oportunidad, basta de maltratos, de muertes, de suicidios

Podemos gritar, podemos solidarizarnos, pero tal vez nunca logremos ponernos en la piel de quien sufre de esta violencia tan brutal.

Hace unos días descubrí un blog escrito en primera persona por alguien que ha sido objeto de esta vejación atroz y que ha sido capaz de cortar los vínculos y comenzar una nueva vida. Y que, además, no se ha limitado a rehacerse, sino que ha querido darse y, para ayudar a otras personas, ha decidido compartir su experiencia, a fin de que vean que es posible salir de ese agujero.

Le he pedido permiso a la autora para publicar su enlace en este blog nuestro, porque considero que no debe ser una aportadora más. Dada su relevancia opino que debe contar con un link propio con informe de actualizaciones y temáticas tratadas. De este modo, podréis entrar cuando lo consideréis oportuno.

Enhorabuena por tu fortaleza, Auxi. Ojalá que tu testimonio sirva para que muchas mujeres sepan cómo han de protegerse, qué han de esquivar o cómo han de moverse para poder salir del infierno alentado desde la cultura de la desigualdad de sexos.

Enhorabuena, y gracias por no quedarte callada. Por gritar para ayudar.

miércoles, 16 de julio de 2008

Acabo de dejar este coment...

... en el blog de la ministra de Igualdad, Bibiana Aido, al hilo de su post sobre el teléfono para hombres.

"Las conductas sexistas son lesivas hacia la autoestima no sólo del que las sufre, sino también del que las promueve, porque sólo desde la inseguridad se puede entender el intentar lograr seguridad mediante la dominación de otro.

Un teléfono no basta, marcar dos géneros a través de un lenguaje que hasta ahora fue neutro me parece absurdo... Creo que la clave, como siempre se indica, está en la educación. La educación como equipo de protección individual: no sólo para protegernos, prevenir y detectar a tiempo posibles peligros, sino también para saber cómo proteger al otro o cómo no vulnerar sus derechos.

Tal vez deberían ser obligatorias clases específicas para favorecer la autoestima y aprender a respetar la de los demás, garantizando, de este modo, sus libertades. Y estas clases, desde luego, no deben ceñirse al periodo de escolarización, sino que nos atañen a todos, a niños y mayores, de cualquier edad. Porque de poco sirve que desde la escuela se muestre un posible modelo a seguir (aprender a partir de una oferta de conocimiento tal que permita al individuo elegir el válido, es decir, convencer y no adoctrinar) si el niño (género neutro), al llegar a casa, al parque, al cine, a donde sea, ve la desigualdad real diaria.

Para lograrlo es preciso no sólo el compromiso de un ministerio, sino que es imprescindible el compromiso convencido de todos y, por el momento, no existe. Se organizan charlas, simposios... y la asistencia no es ni mucho menos la esperable. ¿Sabemos ya tanto que no nos hace falta escuchar, seguir formándonos? Yo creo que no. A esta sociedad le faltan ganas. Le falta ímpetu para crecer".