
Jaycee Lee Dugard, de 11 años fue raptada, secuestrada y por un violador, bajo régimen de libertad condicional por delitos sexuales anteriores en libertad.
Phillip Garrido, de 58 años, con ayuda de su mujer Nancy de 54, mantuvo 18 años secuestrada a Jaycee.
La secuestró cundo él tenía 40 años, le hizo dos hijos que mantuvo en cautiverio todo este tiempo.
Vuelve mi corazón a romperse en mil pedazos de dolor y rabia, al ver como un hombre, acusado de abusos, y en libertad, puede secuestrar a una niña y la policía no darse cuenta.
Me llena de indignación el comprobar que ya nos estamos acostumbrando de tal modo a estas cosas, que ni siquiera denunciando, se agita la alarma en nuestro interior.
La comisaría confirmó que algunos vecinos llamaron al teléfono de emergencia, el 30 de noviembre de 2006 para alertar de que habían visto niños viviendo en la casa de Garrido y que esa gente parecía estar viviendo en el patio de la casa.
El oficial de la policía que respondió a esas llamadas nunca entró a la casa ni mucho menos revisó el jardín.
Me pregunto, si hubiese ocurrido lo mismo, si la niña hubiera sido su hija o la hija de cualquier presidente, de cualquier parte del mundo.