martes, 9 de febrero de 2016

Salvados, "El machismo mata"

Hace un tiempo asistí a un curso sobre cómo ha de ser la atención a víctimas de violencia de género. En él, se trataban muchas de las cuestiones que pudimos escuchar el pasado domingo en Salvados, en El machismo mata.

Y, aunque hay muchas más que analizar, por supuesto, trabajos como este nos dan un poquitín de esperanza y nos ayudan a conocer mejor el camino a seguir para acabar con la desigualdad.

Me quedo con algo que dijo la magistrada Verdejo: "El problema es que pensamos que es una cuestión exclusivamente de la mujer, pero es un delito público y, si es un delito público, cualquier persona está obligada a denunciar. ¡Fíjate! Si nosotros vamos por la calle y vemos a dos personas que se están pegando, cuál de nosotros no sería o primero de intervenir y ver qué está pasando, o de coger el teléfono y llamar a la policía. Esto no es lo habitual. O el vecino que está escuchando a través del tabique: "Te voy a matar". O está escuchando los golpes. Y es verdad que hay gente que llama, pero la mayoría de la gente, y esto lo dan también los datos del Consejo General del Poder Judicial, no denuncia, no se implica, porque no va con él. Es un tema privado y, por tanto, que ellos se apañen".

Y, así, un "Esto no me lo hagas" se queda en el olvido, hasta que, horas después, aparece un cadáver y, con él, los remordimientos.

Pero, por supuesto, también hay que destacar la idea, el mensaje de esperanza, que lanza Marina: pese a la escalofriante cifra de asesinadas, hay otro dato a reseñar: el que cuantifica por miles a las mujeres que han logrado salir del infierno. Son las supervivientes.

En cualquier caso, el camino es largo y, aunque a veces nos pueda el cansancio, la responsabilidad de erradicar este terrorismo cotidiano nos corresponde a todos.