miércoles, 23 de septiembre de 2009

Goteo incesante

Las noticias nos despiertan día tras día con nuevos casos de violencia. Violencia machista, violencia callejera, violencia en los colegios, violencia en cada esquina. Denuncias de maltrato, de abusos, de intimidaciones que son expresadas en voz alta para posteriormente ser retiradas. En ocasiones, hasta la denuncia es un modo de violencia más, ya que se fundamenta en hechos que realmente no acontecieron, desprestigiando así la palabra, deslegitimando situaciones similares hasta que se demuestre la veracidad de lo denunciado. La víctima ha de demostrar su terror, dado que, de lo contrario, su testimonio no resultará creíble. Y mientras algunos se lucran con testimonios falaces, otros lloran su cotidianeidad henchida de miedos a los que no parece llegar el fin. Miedos para los que no hay respuesta contundente que los ataje. La desprotección, por tanto, sigue siendo parte de nuestro día a día y, aunque a veces es simplemente psicológica, muchas otras es tremendamente cruda.

Hoy gritamos, sí. Hoy lloramos por las humilladas, las masacradas, las muertas en vida. Hoy pedimos medidas penales; hoy pedimos recursos; hoy pedimos agilidad; hoy pedimos soluciones. Hoy. Pero hoy nacen nuevos niños a los que no somos capaces de transmitir valores. Hoy nacen como individuos que necesitan desligarse de la sociedad para despuntar, para medrar. Hoy enseñamos que una pataleta sirve para conseguir antojos. Hoy restamos valor al ser social para centrarnos en el egocentrismo como medio. Hoy deshumanizamos a la sociedad, porque vivimos en una sociedad deshumanizada que carece de tiempo y de ganas de seguir avanzando como colectivo.

Y, lamentablemente, mientras no seamos capaces de mirar a cuantos nos rodean con una sonrisa en los ojos, mientras no apostemos firmemente por la búsqueda del bien común, mientras los demás nos resulten excesivamente ajenos, no lograremos desechar conductas tiránicas.

La educación como arma está en boca de todos, sí. Pero la educación del ser humano no es una responsabilidad de unos pocos. Todos debemos contribuir a formar en valores, en respeto, en tolerancia. Los profesores carecen de autoridad, en ocasiones arrebatada por los progenitores de sus alumnos con manifestaciones acaloradas en las que se exige una mayor consideración hacia el escolar; los padres carecen de autoridad, dado que ellos mismos reniegan de ella al negarse a imponer unas reglas mínimas de convivencia. El único objetivo, lograr que los pocos minutos en los que comparten espacio con sus hijos sean apacibles y, para ello, se valen de las nuevas tecnologías como "entretenimiento" con cierta capacidad "educadora" y de la compra de cariño mediante obsequios. Los medios de comunicación carecen de autoridad, ya que sus contenidos están a merced de los dictámenes económicos, definidos a partir de las exigencias de la audiencia. La audiencia carece de autoridad, dado que demanda un mayor control en los contenidos mediáticos y sin embargo consume carnaza, y aplaude peleas, y jalea encontronazos. Y sigue la maraña de responsabilidades, en las que los gobiernos también carecen de autoridad, ya que son incapaces de garantizar políticas que contribuyan a la conciliación de la vida familiar y laboral, permitiendo de este modo que las nuevas generaciones crezcan solas.

El goteo de víctimas es incesante. No sólo no se ha detenido, no sólo no ha decrecido su frecuencia, sino que va a más y, si consentimos la deshumanización social, crecerá. ¿Dónde está el freno? ¿Por qué nadie lo acciona?

9 comentarios:

Lilith dijo...

En la ciudad de México vivimos todo lo que dice el pots, y según mi experiencia el hacer un cambio es cuestión de todos, pero todo se junta, pobreza, ignorancia, machismo, consumismo, etc, lo que hace que las cosas cambien muy lentamente, incluso hay muchas personas que teniendo buenos valores, todavía tiene ideas erróneas, arcaicas, que transmite a sus hijos, también e visto que mucha gente sale a la calle con el lema "el que no tranza no avanza", y pues así nunca.

El cambio requiere esfuerzo y creo que aun abemos mucho que seguimos intentándolo desde nuestras trincheras.

HADEX dijo...

Y a mí hay algo que me escama muchísimo: el machismo entre la gente joven y esa admiración que parece que sienten las jóvenes por los tíos macarras, pero macarras violentos y maltratadores.....Está claro que falla todo en cuanto a la transmisión de cultura y valores.

Anónimo dijo...

Cuanta razón en tus post. Y esto lo llevamos viendo desde hace ya muchos años. Yo creo que el problema es la perdida de valores esenciales en la vida de las personas, de todas, de padres, de profesores, de hijos. Y entiendo que son el respeto, el sacrificio, el esfuerzo.

Respeto a los mayores, como fuente de sabiduría. Nuestros mayores son algo esencial, y al dejarlos de lado, hemos perdido todo horizonte, y eso las nuevas generaciones lo saben y hacen lo mismo, pero cada vez antes.

Un beso cielo

Markesa Merteuil dijo...

Lilith, mejor que nadie sabes que lo descrito ni se acerca a lo que vivís a diario las mujeres en México, aunque supongo que en México DF la situación no será tan escalofriante como la que nos transmiten acerca de las desaparecidas, de las asesinadas en Ciudad Juárez. Pero sabiendo lo que hay allá, tan próximo a ti, me imagino que el miedo acecha en el día a día, porque las conductas que propician el terror y la dominación habitualmente se copian. Es el miedo de algunos hombres a perder sus características si no ejercen como macho dominante del corral. Desconocen que el amor no crece con el miedo, sino con el respeto, la dulzura, la consideración...

Hadex, a mí no me escama ese machismo y esa admiración de los más jóvenes hacia los macarras violentos, puesto que crecen sin autoridad y, de pronto, ven un referente que se vale de conductas de amedrentamiento para lograr sus objetivos y que, en un primer momento al menos, consiguen materializarlos. Les faltan referentes éticos, puesto que los que deben transmitirles los valores que tanto echamos en falta, no están presentes en la educación de los jóvenes. Cuando ni siquiera se respeta la figura del docente, que se supone te va a encaminar hacia un futuro de progreso, qué nos queda. No quieren aprender, lo único que les interesa es saber cómo dominar, cómo lograr objetivos de un modo rápido y fácil. No piensan en futuribles, pues mañana pueden estar muertos. Por eso abusan, por eso doblegan, por eso se pierden y nos apenan con su incapacidad para evolucionar.

Alex, los valores no se perdieron solos. Es responsabilidad de todos el lograr que se mantengan. Ahora que está tan de moda entre los políticos hablar de puesta en valor de... habría que recordarles que es necesario comenzar por la puesta en valor del ser humano y de la sociedad, ya que se degrada día a día. Estoy de acuerdo con el hecho de que es necesario un mayor reconocimiento a la gente de más edad, pero hay que tener en cuenta que ésta debe comenzar por asumir su papel. Su aportación es importantísima y parece que se han olvidado de esto. Tanto queremos trabajar por la eterna juventud de nuestros mayores que hemos perdido a nuestros abuelos entre tanta clase de taichi, gimnasia de mantenimiento, etc.

estoy_viva dijo...

No se que pasa ultimamente que estamos mas agresivos, se le puede culpar la falta de recursos, la crisis, etc..pero lo que realmente creo es la falta cada vez mas de principios morales, educacion, no confundamos dar amor en permitir a nuestros hijos que hagan lo que les de la gana, falta de respeto, ¿donde estan los valores? nadie los enseña, fijate en la tele, la telebasura con programas donde el insulto cuanto mas fuerte mejor...en fin todo esto contribuye a que haya mas agresiones, mas peleas, etc.
Con cariño
Mari

Silvia_D dijo...

Muy bien escrito y descrito. Es todo tan complicado... estoy tan cansada...
Besos.

Norber dijo...

Hola Markesa,
Un artículo magnífico, es un análisis básicamente realista. Vivo en Argentina, hoy en un hermoso pueblo de montaña, en el Norte de la Patagonia. Escucho la radio de Buenos Aires y me dicen que la ciudad está "sitiada", cortes de calles por gente que protesta por todo y la policía que los corre, violadores seriales, un chico de 17 que mató de 22 puñaladas a uno de 16...y mas...y mas...
Y aquí donde vivo, que?. Es tan tranquilo, pero...mataron a un pescador por llegar al río cruzando propiedad privada, la ruta está cortada por gente que reclama, sin importar quien tenga que circular, ahora descubrieron trata de mujeres de Paraguay, Rep. Dominicana y otras provincias argentinas...esclavizadas en un bello paraje del Norte de la Patagonia, donde los turistas quedan mudos por el paisaje. Pero la mudez nos invade a todos, ante estos hechos.
Es tan difícil sonreirle al de al lado?.
Gracias por llamar la atención.
Un abrazo.
Norber.

Kim Basinguer dijo...

Porque frenar, signifca aceptar la derrota, y nadie quiere perden...aunque cada vez perdamos más.

irene dijo...

Ahí está la clave de casi todos los males, en la educación, en el ejemplo que se da a los más pequeños, por supuesto no sólo los padres, la sociedad entera, hay una dejadez generalizada.
Muchos desearíamos un frenazo en seco que parara esta barbarie.
Un beso, Markesa.