La sociedad ha cambiado mucho a lo largo de los años, y hemos progresado en muchas cosas, la forma de alimentarnos, vivir y de pensar.
Lo que parece que no ha cambiado es el abuso del poder de los hombres sobre las mujeres, un compromiso que debería compartir toda la sociedad para evitar la lacra de violencias que vivimos en el mundo, violencias de todo tipo, pero por encima de todas las del patriarcado.
Lo mas visible de la violencia machista es el asesinato o abusos sexuales que llegan a la prensa, pero en realidad hay otros tipos de maltratos que no se hacen visibles y que muchas veces ni siquiera el maltratador y la maltratada son conscientes.
Los tipos de violencia son varios: psicológica, sexual , económica física y el asesinato.
Hablaremos de la económica, se habla poco y se usa de muchas formas.
¿Qué es la violencia económica?
La violencia económica es una forma de control y manipulación que se puede producir en la relación de pareja y que se muestra a través de la falta de libertad que el agresor ofrece a la victima en la realización de gastos necesarios para cubrir sus necesidades.
Por supuesto que hay algunos hombres que ejercen este tipo de violencia y ni ellos ni sus parejas saben que están ejerciendo violencia porque se ha convertido en algo normalizado.
Hace años, eran los hombres los únicos dueños de los espacios públicos, los que trabajaban fuera del hogar y la mujer la que ocupaba el espacio interno.
Pero había una gran diferencia, el hombre recibían una prestación económica, por su trabajo y el trabajo de las mujeres era en casa, un trabajo de “libre disposición” 24 horas al día, sin prestación económica, sin vacaciones, sin descanso.
Nuestras madres, abuelas o bisabuelas, fueron administradoras, enfermeras, cocineras, cuidadoras, educadoras , economistas, en muchos casos además ayudaban en sus hogares a añadir una habitación mas a la casa, realizando tareas de albañilas, carpinteras y decoradoras, si era necesario...y no hablemos de la carga mental que esto conlleva.
Sin embargo el hombre trabajador del espacio publico, tenia la oportunidad de ascender en la fabrica, la oportunidad de echar una partida, tomar unos vinos, y tener sus momentos de ocio propio, por supuesto sin colaborar en nada en el espacio domestico.
Esto hizo que las mujeres dependieran económicamente de los hombres: padres, hermanos, hijos, tíos, maridos etc., aquellos que eran mas dominadores, mantenían la sumisión de su pareja por el poder económico que ejercían.
No quiero dejar de pasar la oportunidad para alabar a tantas y tantas mujeres que dejaron su salud en esos espacios internos, las mujeres, sin visibilidad en la sociedad, forjaron el futuro del mundo en el que vivimos.
Hace no muchos años, los pagos se hacían en mano, generalmente iban en un sobre.
Los hombres mas sensatos, llegaban a su hogar y les daban “el sobre” a su compañera que era la que administraba, ya que era la que se encargaba de todo lo que tenia que ver con el espacio interno.
Las mujeres hacían particiones con el sueldo, y entre ellas una cantidad era para el gasto personal del marido, había mujeres que hacían magia para llegar a finales de mes.
En caso de maltrato económico, esto no ocurría así, el hombre se quedaba con todo el dinero, gastaba lo que quería y “obliga” a la mujer a humillarse para pedir cada día, para comida, para calzado, para pagar al electricista, para comprar huevos….y ellos en la libertad de dar ó no, según su estado de animo, el salario es utilizada como un arma muy importante de poder.
En muchos casos, pedían las cuentas del gasto…donde muchas se veían obligadas a camuflar un café o un paquete de tabaco.
Como ya sabemos, la sociedad tampoco ayudaba mucho, antes del divorcio todo estaba en manos de los hombres y dado que la autoridad económica era del hombre, muchas mujeres se vieron obligadas a seguir con su maltratador porque no tenían posibilidades de irse de su casa.
El cambio de la sociedad, ocupando las mujeres parte del espacio externo trajo consigo el poder adquisitivo de algunas mujeres pero sin descuidar el trabajo interno gratuito del hogar y los cuidados , hasta nuestros días.
Las mujeres nos hemos incorporado al mundo laboral, en peores condiciones, ganando menos y teniendo en cuenta que ante la vida familiar la renuncia a un ascenso es de la mujer, se decía que era porque ella ganaba menos, porque era mas valida en casa, porque lo sabe hacer mejor.
Muchas veces somos nosotras mismas las que nos decimos “ no vale la pena que trabaje porque lo poco que gano, me lo gasto en comer y en gasolina…se nos olvida, que cotizamos, que tenemos algo de independencia económica, que charlamos con otras personas, que es importante para nuestra salud mental, etc.
Ahora podemos comprar el tabaco con el dinero ganado por nosotras, pero a la hora de hacer cuentas nos encontramos igualmente con ese maltrato económico, porque no siempre podemos disponer de todo el dinero o no siempre el gasto que hace la mujer le parece justificado al hombre.
Dentro de la opresión económica nos encontramos que aunque tengamos acceso al dinero ( una cuenta en el banco común) que compras mucho, que eso no era necesario, que para que hay que ir todas las semanas a la peluquería etc.
Otras veces, si tu capacidad adquisitiva es menor a la suya el maltrato empieza por preguntar en que te has gastado tu dinero, y en “obligarte” a pedirle, ya que nunca está el dinero a tu disposición y eso hace que te tengas que humillar constantemente.
O bien “te envían” sin dinero a algún sitio, como a pagar las clases extraescolares de tu hija obligándote a dejarlas a deber, solo por el placer de demostrarse asi mismo quien manda.
Los hay que son “tan corresponsables” que van ellos a la compra y traen de todo menos comida y se gastan el doble que tu te gastarías. Pero si vas tu y se te ocurre pedirles dinero no te llegará ni para pipas…
Los hay muy generosos con la gente, que pagan siempre los primeros, que tienen una fama increíble de esplendidos, pero cuando tu les dices dame 20€ que no tengo gasolina y se acabó el dinero de mi sueldo ponen toda clase de pegas, empezando por decir que no tienen aunque lleven en la cartera mas de 100€.
Hay otro tipo de hombres, que te darán el dinero ( para aquello en lo que estén de acuerdo) pero que te recordaran que te lo han dado, haciéndote sentir que no es verdad que el dinero de la familia es para la familia.
Hay hombres que se van de vacaciones y te ves obligada a estar pegada a el, porque no podrás ir al cine sola con un grupo de amistades sin pasar por pedirle dinero.
Existen incluso aquellos que esconden el dinero y a la vez mantienen que lo gastan contigo y que es de la familia.
Hoy en día muchas parejas tiene su cuenta de banco separada ,con lo cual disponen de mas libertad, pero muchas veces si cobran menos y consideran que el dinero de la casa es de los dos comprueban que no siempre.
Es recomendable tener una cuenta común para los gastos en conjunto desde el principio de una relación , donde el que gana mas ponga mas y de esta forma quien gane menos también puede ir a tomarse un café con sus amistades....si es posible antes de enamorarse demasiado y perder la vista.
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