viernes, 18 de abril de 2025

MANOSFERA

 

 


 

Es difícil encontrar una sola mujer en el mundo que no halla pasado al menos una vez en su vida,  como mínimo, por algún tipo de acoso.

 

Alguien te tocó una vez el culo o los pechos, alguien te dijo un piropo soez, alguien intentó abusar de ti, alguien te beso cundo eras menor,  alguien abusó de ti  de las múltiples maneras que los hombres consciente o inconscientemente hicieron durante muchos años.

 

Si es verdad que el patriarcado ha sufrido una transformación, no es suficientemente significativo después de las luchas que las mujeres llevamos a cuestas, porque solo ha sufrido una transformación, ha variado el método y la forma, pero poco mas. 

 

Los micro machismos, pasan tan desapercibidos que a veces ni nosotras mismas nos damos cuenta.

Las mujeres hace años que conseguimos comprobar que lo que nos sucedía no era “solo a ti” sino a muchas otras y poco a poco nos dimos cuenta que solo por ser mujeres nos ocurrían ciertas cosas, que no le ocurría a los hombres, independientemente si eres negra o blanca, de este siglo o del pasado, de clase  pudiente o paupérrima.

 

Esto hizo que surgiera el feminismo, donde proclamamos a los cuatro vientos que los hombres tienen unos privilegios por encima de los nuestros, a pesar de que somos el 51% de la población de la tierra.

 

 El feminismo se ha extendido por el mundo entero pero no todas las personas, en particular algunos hombres han logrando entenderlo.

 

Pero es peor aun cuando la gente joven aquellas personas que un día tendrán el mundo en su mano lo entienden.

 

 

Con todas estas cuestiones aun sin resolver, llega internet a nuestra vida, donde cualquier información mala o buena vuela y donde muchas personas que se llaman  influencers cuentan cosas que los demás leen …y lo hacen 20.000 personas a la vez cada día, o 600.000, lo que hace imposible  contrarrestar estas opiniones o consejos masivos.

 

En este mundo oscuro, nace la manosfera, donde el machismo ha abierto el espacio mas oscuro dentro del propio machismo, donde entran personas que no se han dado cuenta que tenían privilegios que no les corresponden si queremos un mundo igualitario cierran los ojos, o donde alguien que no está bien informado se cree que la culpa de todo lo humano y lo divino de este mundo, tienen la culpa las mujeres y mas marcadamente las mujeres que se hacen llamar feministas.



 

 

La manosfera le da unas pautas de conducta a otros hombres, con respecto a crearse una masculinidad hegemónica, es decir volver al punto de partida, donde se impone la desigualdad y se considera que los hombres son superiores, asociando la agresión, el poder, la fuera y el riesgo a la masculinidad y donde lo que mas se valora es el estatus y el poder.

 

Ya os daréis cuenta que esto lleva intrínseco el odio a las mujeres, perpetua los estereotipos de genero, busca silenciar e invisibilizar los discursos de las mujeres feministas y lo que es peor canaliza el resentimiento masculino.

 

Si tenemos en cuenta que la juventud actual cada vez se relaciona menos con el exterior y que son consumidores de contenido, veremos que es fácil que se sientan perdidos, solos, no aceptados etc.

 

Si añadimos que todo lo que aprenden es de Influencer, Hamers misóginos, Foreros, Youtubers o Gurús de la seducción, nos podemos hacer una composición de lugar.

 

Pero hay algo mas grave, lo que aprenden de las relaciones de pareja lo aprenden en la pornografía, que esta hecha por hombres, para hombres.

 

Dentro de la manosfera nos encontramos con la teoría black pill, que hace verdaderamente dura  la vida y los pensamientos de algunos adolescentes.

 Cuando alguien joven solo aprende el amor en un canal de porno, cuando considera que las mujeres no le miran porque es pobre, negro o feo…su autoestima baja, que considera que las mujeres solo le quieren o por tu dinero o por tu físico…y lo peor es que unos se alimentan con los otros   y es posible que muchas chicas consideren que esto “debe” ser así, dejando abandonadas todas las grandes cualidades de un SER, respeto,   sinceridad, compasión, empatía y otros muchos valores que son la base del amor real.


 

 

 

Consideran que si no eres un Chad (macho alfa, con éxito, atractivo, el guay), solo te queda ser un hombre de píldora roja : entender que la culpa de todo la tiene el feminismo que oprime a los hombres, o ser un hombre de píldora azul: ser un ignorante y sufrir al opresión de las mujeres, cuidar de tus hijas e hijos, colaborar en la compra, es decir ser parte de la vida cotidiana en igualdad con tu pareja y con tu familia.

 

Si no hay quien les apoye en esos momentos, si no hay con quien hablar, el dolor y el rencor se hacen crónicos y el aprendizaje de la vida es erróneo en el 90%.

 

Tenemos un gran problema mundial, en todos los sentidos, no solo con unos medios de comunicación en los que ya no creemos o una clase política que no nos apoya, sino que también tenemos a una juventud con muchos conocimientos intelectuales y pocos conocimientos internos.

 

Creo que tanto hombres como mujeres con gafas violeta, tenemos  mas trabajo que nunca.

 



domingo, 26 de enero de 2025

DOCUMENTALES CON PEDIGRI

 

 

He tenido el placer de asistir a la proyección de dos cortometrajes que cuentan historias reales.

 

Uno era de animación y el otro de la vida real, esa vida real que sabemos que existe pero que nunca pensamos en ella más del medio segundo que es nombrado el hecho en sí.

 

Ambos cortos están nominados para los premios Goya, todo un lujo, no sólo porque son buenos y están hechos con mucho mimo, sino porque denuncian la cruda realidad del mundo en el que vivimos.

Esta foto es de las personas que han participado en los dos cortos y que estaban hoy en el auditorio.

El primero se llama “Cafuné”, palabra sin traducción pero que es ese acurrucarte en brazos de alguien que te aporta toda la seguridad, relajación y  tranquilidad que necesitas y que puede hacer que  sólo su tacto te permita dormir plácidamente.

 

Nos cuenta el trauma de una niña, llamada Alma cuando su muñeca cae a la piscina.

 

La dirección es de Lorena Ares y  Carlos Fernández de Vigo,  que ya fueron candidatos al Goya en  2022.

 

El otro corto nominado es “Semillas de Kivu”,  un documental contado en primera persona por sus protagonistas, en el que los directores, Carlos  Valle y Néstor López, han estado trabajando durante 7 años para poder llevarlo a cabo en lugares peligrosos de Kivu.

 

No quiero desvelar mucho de los cortos, pero sí deciros que son imprescindibles para poder aterrizar un poco los pies del mundo que estamos construyendo, o mejor dicho, destrozando.

 

Se hizo un coloquio, para el publico presente en el auditorio Marcelino Camacho de Madrid. Estaban Néstor López, Carlos Valle, Esteban Beltrán, Carlos Fernández , Jose María Zamora y dos personas más cuyos nombres que me disculpen, no recuerdo.


Una pena, que las personalidades del coloquio fueran sólo hombres, algo que todavía tenemos que pulir, podía haber estado Pilar Sancho, Lorena Ares o ambas. 

 

Una espectadora definió los cortos bastante bien : “Uno de ellos te hace soltar las lágrimas y el otro te pone un nudo en la garganta difícil de deshacer”.

 

Los cortos no buscan la lastima, sí el dolor, porque viene implícito en ellos, a no ser que no tengas alma.

 

Pero lo que trae a la pantalla es una visión de lo que sucede en algunos lugares del mundo, eso que no queremos ver o que nos pilla lejos…

 

He de decir que tanto Amnistía Internacional como la productora Abycine han colaborado con ambos cortos.

 

 

Contaba Esteban Beltrán en el coloquio que, además del talento artístico, había en los cortos una belleza, un compromiso y un activismo que impulsaban a formar parte del proyecto.

 

 Anycine ya ha patrocinado otros trabajos, desde hace 13 años, y contaba que unas personas tienen la visión y otras saben como materializarlo para poder hacerlo.

 

Néstor está muy vinculado a África desde hace años. Aunque se considera cineasta y no activista, lo cierto es que muchos de sus proyectos denuncian la realidad que hay en el mundo en el que vivimos y que él trabaja mucho con documentales africanos, que como bien dijo por desgracia: “lo que es malo para la vida, es bueno para el cine”.

 

Hay muchas heridas internas que unen a ambos cortos.

 

Carlos cuenta que es fundamental sanar lo físico pero lo psíquico es vital para poder tener fuerza e ilusión en la vida.

 

Una de las cosas simpáticas que contó Carlos es que se hizo muy amigo del conductor que les transportaba en el rodaje, Pascal.

Cuenta que no se entienden, ya que uno habla francés y el otro español pero hoy en día, se hacen vídeo llamadas para verse y reírse juntos, dejando ver que hay algo que les une aunque no sean las palabras.

Y un pequeño cotilleo, delate de mi estaba  Yolanda Díaz, que asistió al encuentro como mera espectadora.

 

¿Cómo abrir los ojos al mundo?

 

Pues es complicado, porque muchas personas dueñas de empresas prefieren cerrarlos, porque no interesa. La empresa  Tesla, necesita el cobalto del Congo y poco importa a que coste haya que conseguirlo.

 

Del Congo se exporta cobre, cobalto, petróleo etc.

 

El mundo en el que vivimos cambia de móvil cada año, si no más, a pesar de que conseguir  los componentes del móvil  arrasen vidas.

 

Es indudable que el feminismo tiene mucho que decir en todo esto. Probablemente el feminismo sea la única forma de pelear para conseguir con muchísimo esfuerzo que el mundo cambie. 

 

Que la economía y el mercado no sean el eje de la vida y que la vida valga mas que el mercado. Donde no permitamos que las guerras sirvan para violarnos o las violaciones formen parte del botín de guerra. Donde nuestra voz llegue a los gobiernos del mundo, solicitando que se unan internacionalmente para que estas cosas no pasen, para que una familia no tenga que dejar a su hijo o hija viajar en una patera hacia el abismo, hacia la muerte, hacia la nada, porque no nos engañemos, no le damos la mano a las personas migrantes, las dejamos a su suerte, sin ley de extranjería, con trabajos precarios, con una vivienda inalcanzable y con pocas posibilidades de olvidar.

 

Tampoco metemos mano en prohibir que se comercialice de forma salvaje con países pobres, donde en vez de ayudarles les saqueamos y los hacemos esclavos de nuestra tecnología, de nuestro nuevo coche eléctrico o nuestro móvil último modelo.

 

Tampoco exigimos respeto con el medio ambiente, donde el cambio climático nos va a devorar.

 

Pero nada importa, porque lo que prima es tener para tener más, y tener más para volver a tener más…, y poder viajar al espacio, mientras violan a una niña en Kivu o mientras se hunden las pasajeras más pobres, de un viaje sin retorno. 

 

 Los documentales me han dejado rabia y dolor, pero sobre todo, mi cabeza me deja una pregunta :

 

Y ahora qué?

 

Te invito a que veas los cortos, a que los difundas, a que este año  se hable del dolor de las mujeres. Que estos documentales y muchos más que pueden venir, nos llenen de ideas para enfrentarnos al poder establecido, que no es el deseado.

 

Y ese es el espacio que sólo nosotras podemos llenar. Bien sabemos que no es lo mismo nacer en España que en África o en la India; ser mujer rica o ser mujer pobre,  ser mujer con capacidades diferentes, o ser mujer LGTB en un país árabe…

Todas lucharemos por un único feminismo, pero cada uno tiene un formato distinto que sólo podremos enfrentarnos  a él juntas, arropadas y en la misma sintonía para la lucha.

LA  REVOLUCIÓN  SERÁ FEMINISTA O NO SERÁ.