No se como podemos parar esta sangre que va cayendo poco a poco en los corazón de todos, esta ira que nace en algunos hombres confundida con un amor que no es tal, confundida con unos celos enfermizos, que hacen que hijos de parejas con malos tratos, no aprenden con nuestro dolor que eso no se hace, sino todo lo contrario, aprenden un comportamiento que mas tarde practicaran en sus propias familias,
Todos vemos día a día como van muriendo mujeres en manos de los hombres que un día creyeron sus príncipes, los dueños de sus ilusiones y sus esperanzas y su futuro.
Nosotras las mujeres, capaces de perdonar mas allá de nuestra propia vida, cayendo siempre en la trampa, de “el es un hombre bueno, que no lo hace por mal” ó “yo creo que no lo va a volver hacer” “es que no sabia lo que hacia” y se nos olvida que nuestro corazón se va entristeciendo y nuestra sonrisa se borra de nuestra boca, creyendo incluso que es culpa nuestra, que algo hacemos mal.
La sociedad se sigue quedando impávida ante el dolor de tantas muertes en nuestras casas.
Los gobernantes más, preocupados por sus bolsillos que por el dolor de las mujeres, no saben como solucionarlo, los jueces creen que con decir al maltratador que se aleje, es suficiente, olvidándose que estos hombres suelen tener un lema gravado a fuego en el corazón: O mía o de nadie.
Y lo cumplen.
No podemos quedarnos callados ante esto y el principio está en que seamos capaces los vecinos de llamar a la policía cada vez que creamos que maltratan a una de nosotras ó a nuestros hijos.
Si un maltratador, se ve interrumpido, por nuestro timbre constantemente, si viene la policía cada vez que desea dar rienda suelta al odio, que le absorbe el corazón, a lo mejor, estaremos dando tiempo a la calma, a que el maltratador le asuste el público en su vida privada, a que la mujer piense a que la policía llegue, una y otra vez, sin cansancio, poniéndolos en evidencia, dejando que se vea su cara en todos lados, que todas sepamos cuales son los hombres que no podemos elegir jamás como pareja, los hombres que solo podrán maltratar a una mujer, porque ninguna otra de ninguna clase o condición se acercará a él…ni pagando.
Quizás esto no lo sea todo, pero vamos a empezar a unirnos entre amigos, vecinos, barrios, pueblos y países hasta que los gobiernos y los jueces se encuentren también en evidencia y no puedan dormir hasta que encuentren una solución satisfactoria a tanta violencia.
Prohibido callar, ellos sin nadie.
Todos vemos día a día como van muriendo mujeres en manos de los hombres que un día creyeron sus príncipes, los dueños de sus ilusiones y sus esperanzas y su futuro.
Nosotras las mujeres, capaces de perdonar mas allá de nuestra propia vida, cayendo siempre en la trampa, de “el es un hombre bueno, que no lo hace por mal” ó “yo creo que no lo va a volver hacer” “es que no sabia lo que hacia” y se nos olvida que nuestro corazón se va entristeciendo y nuestra sonrisa se borra de nuestra boca, creyendo incluso que es culpa nuestra, que algo hacemos mal.
La sociedad se sigue quedando impávida ante el dolor de tantas muertes en nuestras casas.
Los gobernantes más, preocupados por sus bolsillos que por el dolor de las mujeres, no saben como solucionarlo, los jueces creen que con decir al maltratador que se aleje, es suficiente, olvidándose que estos hombres suelen tener un lema gravado a fuego en el corazón: O mía o de nadie.
Y lo cumplen.
No podemos quedarnos callados ante esto y el principio está en que seamos capaces los vecinos de llamar a la policía cada vez que creamos que maltratan a una de nosotras ó a nuestros hijos.
Si un maltratador, se ve interrumpido, por nuestro timbre constantemente, si viene la policía cada vez que desea dar rienda suelta al odio, que le absorbe el corazón, a lo mejor, estaremos dando tiempo a la calma, a que el maltratador le asuste el público en su vida privada, a que la mujer piense a que la policía llegue, una y otra vez, sin cansancio, poniéndolos en evidencia, dejando que se vea su cara en todos lados, que todas sepamos cuales son los hombres que no podemos elegir jamás como pareja, los hombres que solo podrán maltratar a una mujer, porque ninguna otra de ninguna clase o condición se acercará a él…ni pagando.
Quizás esto no lo sea todo, pero vamos a empezar a unirnos entre amigos, vecinos, barrios, pueblos y países hasta que los gobiernos y los jueces se encuentren también en evidencia y no puedan dormir hasta que encuentren una solución satisfactoria a tanta violencia.
Prohibido callar, ellos sin nadie.
3 comentarios:
Completamente de acuerdo contigo.A chillar todos para que no haya ninguna muerte más.Por ellas y por sus hijos,que muchas veces se quedan sin padres...O son futuros maltratadores.Un saludo.Un placer venir por aquí y espero que te guste mi visita.Vendré mucho.
Y que nada nos lleve al desánimo, ni siquiera ver que, pese a todo, ellas vuelven a casa. No olvidemos que no es su razón la que actúa, sino su corazón arrugado de tanto encogerse de miedo y que es precisamente el miedo el que las lleva a regresar. El miedo y la negación de la evidencia: del fracaso en su elección.
Esto no es amor, es odio e impotencia de no ser capaces de conseguir lo que quieren, el sometimiento, la sumisión, son seres acomplejados que utilizan la fuerza bruta porque creen que así son más poderosos.
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